Me encantan esas pequeñas obras de arte urbano que hay repartidas por todas las ciudades, y muchas veces me pregunto quién será el autor y qué pretendía transmitir con su obra. Por desgracia, muchas de estas obras de arte gratuitas están consideradas como mero vandalismo, y demuestra la poca sensibilidad de una sociedad que paga por ver arte antiguo y no sólo ignora el urbano, sino que lo criminaliza.
Por suerte sigue habiendo gente que pone su creatividad a la vista de todo el mundo, sin intereses distintos del artístico. Un ejemplo es la obra que os presentamos de Adam Nilsson, que él mismo describe como «complicated technical solution to aide in simple acts of vandalism», o una solución técnica compleja para asistir en sencillos actos de vandalismo. El cacharro en cuestión se llama Robo Rainbow y su relativamente complejo sistema de funcionamiento necesita de una bicicleta, un remolque, un taladro, varios engranajes, cadenas, botes de pintura en spray y un control remoto.
¿La finalidad? Mejor lo veis vosotros mismos.
Ale
Me llamo Alejandro y nací con un ZX Spectrum +2 bajo el brazo. Al cabo de un tiempo me cansé de esperar a que cargaran las cintas y me pasé al sobremesa. Ahora disfruto y analizo videojuegos, series de TV, software, gadgets y tecnología. Que Tesla os bendiga.